El nombre de cirugía plástica ha estado ligado desde el principio con la remodelación de la nariz y, para muchas personas la cirugía de la nariz está únicamente ligada al concepto estético.

La nariz tiene, como pocas zonas del cuerpo, muchas funciones en un pequeño espacio. En una zona de 3 cm2 se reúnen todas las neuronas olfatorias, sensores que responden a las sustancias extrañas y nos hace estornudar o toser, válvulas que nos comunican o nos protegen del medio ambiente, comunicación directa con el cerebro que hace a la nariz

atractiva para inhalar sustancias, vía directa de entrada de aire a los pulmones, órgano que responde al estímulo sexual y una parte que constituye el centro de la cara y que determina para muchos características raciales y hasta religiosas y, por último, rasgos que definen lo que consideramos a alguien atractivo o no.

La valoración de una rinoplastía debe ser profesional con conocimiento de todas estas condiciones: Estética, funcional, respiratoria, inmunológica, neurológica, sexual y hasta psiquiátrica como la nariz. No por hacer mas bonita la nariz vamos a disminuir su capacidad funcional o empeorar una condición preexistente.

Existe la cirugía estética pura, en la cual hay una mejoría del aspecto atractivo sin tocar la parte funcional, sin afectar los cornetes, el tabique o la parte sensorial del olfato. Es por esto, que esta, como tal vez ninguna operación tiene un componente tan complejo que hay que saber distinguir para determinar los límites de una situación sin afectar la otra.

Una rinoplastía estética nunca debe transgredir ningún aspecto funcional. los siguientes son los aspectos mas importantes de una rinoplastia estética:

• Reducir o aumentar el tamaño de la nariz, bien sea en el puente, dorso o punta.
• Mejorar el perfil de la nariz.
• Mejorar la apertura de los orificios nasales o cambiarlos de posición o dirección.
• Cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior o la frente.